Aventura hípica.

Ayer fui al club hípico y me encontré con una suerte de mundo surrealista. El porque es el siguiente. Lo primero es el lugar, lo mas parecido a una finca inglesa del siglo XVIII, después caminando por el Club, te encuentras con pequeños hombres que parecen sacados directamente del señor de los anillos, puros hobbits deambulando por el lugar. A esta situación le tienes que agregar los apostadores. La mayoría son hombres de camisa y chaqueta que se pasean por el lugar con un libro que lleva los “resultados mágicos”, como si esto fuera poco, agreguémosle a la arquitectura tradicional del club cientos de pantallas gigantes colgadas por todo el lugar. Todo esto acompañado de vendedores ambulantes, de caballos y de personas amantes del dinero. Si esto no es surrealista que es.