El escenario, una micro llena de personas que iban y venían de un lado para el otro, en el centro del transporte urbano un tipo que acechaba con la mirada a una voluptuosa mujer que estaba a mi lado, el tipo cautelosamente sacaba su mano del bolsillo mientras la miraba fijamente. Cada vez que la micro se movía el hombre ensanchaba la mano y toqueteaba a la mujer, mientras, en su rostro reflejaba un inmenso placer. A la cuarta vez de la hazaña de este travieso hombre la mujer dijo: mejor me corro que me estoy echando arriba del señor.
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